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5 ASPECTOS CLAVE QUE TE HARÁN MEJORAR TU LIDERAZGO

Si bien tu labor profesional, tu posición social o tu desempeño en casa deben estar centrados en dar lo mejor de ti mismo/a, siempre existe la posibilidad de aportar influencia a las personas que te rodean. Esto es lo que conocemos como liderazgo.

Al liderar, consigues que tu círculo siga tus pasos. De esta manera, puedes convertir tu aporte individual en una consecuencia colectiva, que genere beneficios exponenciales de todo tipo en el futuro. ¿Qué hay mejor que esto para tu empresa, tus amistades o tu familia?

Hoy, me gustaría hablarte de 5 rasgos del liderazgo efectivo. Si logras integrarlos en tu día a día, te aseguro que podrás optimizar la influencia que generas en los demás. ¿Vamos a ello?

El liderazgo puede utilizarse en cualquier ámbito: laboral, social o personal

A pesar de que se suela hablar de liderazgo especialmente en el ámbito empresarial, debes tener en cuenta que un líder puede serlo siempre. Lo único que necesitas para liderar es que tu punto de vista sea seguido y convertirte en un referente para las personas que están a tu alrededor. Da igual tu empleo o tu situación social y familiar.

Visto de otra manera: tu capacidad de ejercer una influencia positiva puede beneficiar tanto a tu empresa como a tus allegados. Por tanto, tienes la oportunidad de impactar sobre cualquier grupo de personas. Entonces, ¿por qué no empezamos a mirar el liderazgo como un camino hacia el bienestar, más allá de como una simple herramienta empresarial?

Además, es importante que reconozcas un tipo de liderazgo que suele ser olvidado pero que, sin duda, es crucial: el liderazgo sobre uno mismo. Aunque te parezca raro, no siempre tomamos las riendas de nuestra vida. A veces, nos dejamos llevar por las tentaciones externas. Si no me crees, hazte esta pregunta: ¿todas las decisiones que tomo surgen de mi propia iniciativa?

El jefe impone. El líder ilustra.

Esta es, quizá, la característica que más nos conviene aprender a aquellas personas que tenemos una posición alta en cualquier jerarquía. Ya seas jefe/a o padre/madre, resulta indispensable conocer la diferencia entre imponer e influenciar.

La clave es que el jefe que no sabe liderar necesita servirse constantemente de su superioridad jerárquica para imponer su punto de vista. Cuando quiere ser seguido por las personas a su cargo, debe obligarlas. Si no fuera por su posición, su grupo social no seguiría sus pasos.

Sin embargo, el líder influye porque ilustra con su propio comportamiento. Muestra las consecuencias de actuar adecuadamente y, con ello, se convierte en un ejemplo a seguir. No utiliza la presión, sino que deja que sus actos hablen por él.

Es por este motivo por el que, en muchas ocasiones, puedes llegar a liderar en tu entorno incluso sin tener una posición superior en la jerarquía

El mejor liderazgo es aquel que surge de manera espontánea

Al igual que no debes forzar a los demás a seguirte, es conveniente que no te fuerces a ti mismo/a. El verdadero liderazgo nace de manera espontánea. Una persona actúa de manera llamativa e interesante, se va convirtiendo poco a poco en un referente, y acaba liderando al grupo.

En parte, esto también tiene algo que ver con aquellas situaciones en las que el jefe ejerce su poder de manera autoritaria. Y es que, muchas veces, los jefes podemos sentirnos presionados a forzar nuestra influencia. En estos casos, no te dejes llevar. Procura reflejar en tus actos los comportamientos que quieres transmitir.

Recuerda: el objetivo final no es el liderazgo como tal. Persigue tus propias metas (o las de tu empresa) y, en el proceso, si das un buen ejemplo, te convertirás en líder.

La satisfacción de liderar

En el artículo anterior, te comentaba la importancia de que limites tu preocupación exclusivamente a aquello que controlas. Así debe seguir siendo cuando hablamos de liderazgo.

Sin embargo, una de las ventajas de liderar es la satisfacción que genera ejercer un cambio positivo sobre las personas que te rodean. A pesar de que no puedas controlar su manera de actuar de manera explícita, puedes ejercer una influencia indirecta mediante tu papel de líder.

El liderazgo es, por tanto, una consecuencia de tus actos pasados y, a la vez, una motivación para el futuro.

Por supuesto, hay que encontrar el equilibrio. Apóyate en esta idea, pero nunca te obsesiones con ella. Sino, acabarás cayendo en la trampa de esforzarte por lo que no depende de ti. No se puede cambiar todo ni a todos, así que mantén el foco principal en ti mismo/a.

Dale utilidad a tu papel de líder

Como te decía en el apartado de la espontaneidad, la meta final debe ser personal y empresarial. Al fin y al cabo, el liderazgo es un proceso, un camino, pero no es el fin. Es mejor que no utilices tu rol de líder para engrandecer tu ego o para lograr objetivos que no estén relacionados con el propósito principal (sea en tu familia, en tu trabajo o en ti mismo/a).

Para ello, te recomiendo que te pases por este artículo, en el que te cuento un poco más acerca de la gestión de objetivos y sobre cómo definirlos.

liderazgo
Imagen de Mediamodifier en Pixabay

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