«Cualquiera que para de aprender se hace viejo, tanto si tiene 20 como 80 años. Cualquiera que sigue aprendiendo permanece joven. Esta es la grandeza de la vida.» De esta forma, Henry Ford sitúa el crecimiento personal en el centro de la vida misma, afirmando que, si no se aprende, no se está viviendo realmente.
Y es que adquirir nuevos conocimientos y explorar nuestros propios límites nos hace sentir vivos. De ahí que el modelo de la Zona de Confort tenga tanto que ver con la felicidad.
Es importante que entiendas que el aprendizaje no se reduce a una cuestión formal: no solo aprendemos en la escuela o en la universidad, sino que, incluso de manera inintencionada, estamos constantemente aprendiendo en la vida.
Por ello, hoy quería reflexionar sobre la importancia de aprender, y las formas que hay para ello. Apoyándome en la idea de Ford, te voy a animar a que mantengas joven tu espíritu gracias al crecimiento y el desarrollo.
2 pasos para no dejar de aprender nunca
Los dos tipos de aprendizaje de los que voy a hablarte pueden aplicarse tanto al ámbito personal como al profesional. Son perfectamente combinables, no se excluyen el uno al otro y puedes utilizar cada uno en la medida que mejor te venga.
Recuerda, lo importante es el crecimiento, el cual vas a lograr con cualquier método que uses.
Edúcate a ti mismo/a
Para todas aquellas personas que tienen poco tiempo, horarios variables o, simplemente, disfrutan mucho más del aprendizaje cuando lo llevan a cabo a su ritmo, existe el aprendizaje autodidacta.
De una manera o de otra, todos aprendemos de manera autodidacta. Incluso cuando optamos por métodos guiados estamos organizando nuestro propio aprendizaje en cierta medida (excepto en términos de educación básica obligatoria).
Es más, el aprendizaje que adquieres de manera cotidiana, el famoso «aprender de los errores», es autodidacta. Eres tú quien vive la experiencia, quien se choca con un muro, y quien desarrolla estrategias para sortearlo. De esta forma, ya estás aprendiendo a sortear un obstáculo.
De hecho, instruirte a ti mismo/a tiene este rasgo definitorio: te instruyes para sortear los obstáculos que necesites enfrentar en ese momento. De ahí que sea más sencillo generar un aprendizaje significativo de manera autodidacta que en la educación reglada.
El método más sencillo para utilizar este tipo de aprendizaje es la lectura. Basta con que identifiques un problema o un área que te interese y te lances a leer sobre ello.
Lo que ocurre muchas veces es que no es suficiente con esto. Existen conocimientos más profundos y extensos que necesitan de razonamiento y de apoyo por parte de un profesional preparado. De ahí surge el siguiente tipo de aprendizaje.
Déjate enseñar en los aspectos más profundos y extensos
El aprendizaje guiado te permite desarrollar unos conceptos y unas aptitudes mucho más complejas. Está destinado a esos grupos inmensos de conocimientos, que un aprendiz no es capaz de organizar (y, en ocasiones, comprender) por sí mismo.
Por ejemplo, ¿crees que sería posible para un niño llevar a cabo su propia labor de aprendizaje y alcanzar los estándares establecidos en la educación básica?
En ocasiones, pecamos de soberbia, afirmando que podríamos haber aprendido algo por nosotros mismos. Sin embargo, hay que saber situarse en una posición de desconocimiento.
Este es otro de los rasgos esenciales a la hora de aprender: no puedes adquirir nuevos conocimientos si tienes la sensación de que lo sabes todo. Por ello, te animo a que, antes de comenzar cualquier aprendizaje, hagas el esfuerzo de asumir que tienes mucho que aprender, que no conoces toda la información. Además, qué aburrido sería tener todo el conocimiento del mundo, ¿verdad?
Como te he comentado antes, estos dos métodos pueden combinarse fácilmente. Depende de ti encontrar el punto de equilibrio, según tu situación personal y tus ambiciones.
Lo único que te pido es que nunca abandones las ganas de crecer. Anímate a seguir aprendiendo. Detecta obstáculos o intereses, investiga sobre ellos, lee y, sobre todo, busca un significado a todo ese aprendizaje. De esta manera, disfrutarás verdaderamente del proceso.
Por cierto, volviendo al ámbito profesional tengo un par de formaciones que pueden interesarte. Una de ellas es de Coaching para ejecutivos. La otra trata de la gestión de equipos, destinada tanto a ejecutivos como a empleados. Si te interesa alguna, pásate por aquí.
Espero que esta reflexión te haya resultado interesante y te haya animado a no dejar de aprender. ¡Hablamos la semana que viene!