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EL MAYOR MOTIVO PARA QUE ABANDONES TU SEGURIDAD

Imagen de FunkyFocus en Pixabay

María y Juan son informáticos. Ambos terminaron su carrera al mismo tiempo, montando cada uno su propia empresa de mantenimiento de software en dispositivos electrónicos. Todo les fue bien al principio porque ambos son inteligentes y, además, tenían una gran preparación.

El cambio en esta progresión surgió con las nuevas actualizaciones. Como sabes, las tecnologías de la información evolucionan muy deprisa, y esto provocó que ambas empresas se vieran afectadas de una u otra manera.

En el caso de Juan, vio como su clientela se veía algo limitada, ya que comenzó a no poder aceptar todos los trabajos, solo aquellos en los que su conocimiento de base era útil.

Por otro lado, María vio como su volumen de horas dedicadas a la informática aumentaba, no solo por lo laboral, sino porque decidió añadir un tiempo de aprendizaje y ponerse al día de todo lo nuevo que surgía en el sector. De esta manera, consiguió mantener e incluso incrementar la clientela y, por consiguiente, los beneficios.

La clave para entender la diferencia entre ambas personas está en un solo aspecto: su actitud ante la ZONA DE CONFORT.

Hoy quiero hablarte de esta expresión tan utilizada pero en la que quizá no hayas profundizado nunca. Mi intención es que entiendas qué es la zona de confort y, sobre todo, animarte a abandonarla y expandir tus límites.

Las 3 zonas en las que se clasifican tus acciones

En primer lugar, me gustaría explicarte los espacios que existen en el esquema que tiene como base la zona de confort, y cómo se organizan.

Zona de confort

Existen muchas definiciones, pero quiero que te quedes con la más sencilla: la zona de confort es el conjunto de ámbitos de tu vida que conoces. Esto engloba tanto los aspectos positivos como negativos. Pasar un buen rato con tu pareja puede ser parte de la zona de confort, pero también puede serlo aguantar el mal comportamiento de tu jefe/a en el trabajo.

Todo lo que está presente en tu día a día es considerado parte de este espacio, ya que al convertirse en un hábito o en una situación que no cambia tus esquemas, te permite no abandonar esa comodidad.

Como puedes imaginar, en la historia de la introducción, es Juan el que nunca abandona su zona de confort. Por ello, ve cómo el número de encargos que puede abordar es cada vez menor.

Zona de aprendizaje

Como el propio nombre indica, esta es la zona que abarca todas aquellas actividades que te permiten ampliar tu visión y tus conocimientos sobre el mundo.

Esto engloba tanto la educación formal como cada una de las acciones que te acaban enseñando algo nuevo, como un viaje a otra cultura o el aprendizaje de una habilidad por tu cuenta. El resultado es el enriquecimiento de tu mente y tu crecimiento personal.

En el caso de Juan y María, es la chica la que es capaz de pasar al siguiente nivel y enfrentarse por su propia cuenta a experiencias que la sitúen en la zona de aprendizaje. De esta manera, su conocimiento va aumentando, y le permite avanzar al nivel del progreso tecnológico.

Imagen de Arek Socha en Pixabay

Zona de pánico

Seguro que alguna vez en tu vida has tenido esa complicada tesitura en la que te preguntas a ti mismo/a «¿Y si me sale mal?». Bueno, yo te digo: ¿y si te sale bien?

En cualquier caso, el momento en que te haces alguna de estas preguntas, ya has traspasado el límite y estás entrando en tu zona de pánico.

La zona de pánico es ese espacio en el que te pueden ocurrir cosas increíbles. En definitiva, es la zona de los mayores desafíos. Abarca todos los aspectos que no conoces hasta que te encuentras con ellos.

Eso sí cuando llegas a conocerlos, pasan a formar parte de la zona de aprendizaje y, un tiempo después, de la zona de confort. Es así cómo verdaderamente expandes tus límites y creces como persona.

Cómo cambiar tu actitud frente a la zona de confort

Una vez que ya tienes una idea de cómo se dividen estos espacios y lo que abarcan, me gustaría terminar hablándote sobre cómo ciertos rasgos pueden tanto permitirte avanzar como, por el contrario, limitarte.

La primera característica que influye enormemente es el miedo. El miedo a perder lo que tienes, a no lograr nada nuevo o incluso al qué dirán. El miedo desemboca en las creencias limitantes, las cuales tiran de ti para no dejarte escapar de la zona de confort

Por otro lado, encontramos la motivación y la proactividad. Estos dos aspectos te empujan a cruzar los límites y sumergirte en la zona desconocida. Solo así podrás expandir tus conocimientos, tus habilidades y tus experiencias, permitiéndote alcanzar tus sueños.

Te recomiendo que te pases por los artículos que he ido enlazando en los párrafos anteriores para conocer a fondo las características de las que te he hablado.

Imagen de mohamed Hassan en Pixabay

¿Y tú? ¿Qué dirías que se necesita para salir de la zona de confort y arriesgar? ¡Coméntalo abajo!

Espero que este artículo te haya resultado muy útil. Te recuerdo que puedes seguirme en mis redes sociales para no perderte ninguna publicación sobre este y otros ámbitos del desarrollo personal:

Te espero en el próximo artículo. ¡Un saludo!

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