El otro día hablaba con mi hijo mayor, que pasó el confinamiento fuera de casa, y me contaba que había tenido que llenar el día de tareas para evitar caer en el peor agujero negro cuando no puedes salir de casa: el tiempo libre.
Y es que la motivación no es la misma cuando te enfrentas a un cambio de este nivel en tu vida personal y profesional.
Eso sí, parece que esta situación está mejorando, al menos de momento. Por eso, llegó el momento de trabajar en la motivación respecto a lo que llaman «Nueva Normalidad».
Porque, sinceramente, todos tenemos problemas de motivación a veces. Los teníamos antes de la llegada del virus y los tenemos ahora. Por eso, te recomiendo que le eches un vistazo a los consejos que he preparado.
Las 3 preguntas que debes responder para mejorar tu motivación
¿Hacia dónde te diriges?
A todos nos gusta perdernos de vez en cuando, pero dudo mucho que eso sea lo que quieras para tus proyectos de vida, ¿verdad?
Imagínate a una médica operando sin saber qué problema de salud tiene que solucionar o a un maestro enseñando sin establecer un nivel de conocimiento al que llevar a su alumnado. Es cuanto menos cómico pensar en esa idea.
Puedes ir intuyendo la importancia que tiene ponerse objetivos.
Además, te recomiendo que las metas que tengas sean alcanzables, concretos y medibles.
Nada de querer escalar el Everest sin haber pisado un rocódromo o pretender simplemente caer mejor a tu audiencia. El primero es muy lejano a tu nivel actual y el segundo no dice nada, es muy ambiguo, y no se puede medir objetivamente.
Por ejemplo, si eres gestor de redes sociales, una meta que cumple con los criterios mencionados sería aumentar en un 25% las interacciones en los perfiles de la marca que gestionas.
Lo último que te comentaré al respecto es que es recomendable no tener más de 3 objetivos al mismo tiempo en cualquier ámbito, porque de esa manera podrás centrarte en cada uno de ellos sin perder el foco.
¿Qué actitud tienes en el camino?
Cuando se habla de motivación, nos referimos a un estado constante, es decir, no es suficiente con tener un momento de subidón emocional, sino que es necesario mantener una actitud continua.
Te recuerdo que lo único que siempre te acompañará en el camino hacia el éxito, en cualquiera de tus proyectos, serás tú mismo. Por tanto, más te vale trabajar en la gestión de tus emociones y en mejorar tu actitud.
Existen numerosos métodos para construir una actitud estable y preparada para cualquier desafío. Entre ellos, me gusta recomendar el método STOP:
- Sonríe, respira: antes de perder la compostura, incluso antes de buscar soluciones, para un momento y trata de dejar la mente en blanco.
- Toma consciencia: activa tus sentidos para percibir todo lo que ocurre.
- Observa: analiza la situación, detecta el problema y empieza a buscar soluciones.
- Procede haciendo lo que te acerca a tu objetivo en sintonía con tus principios.
Por si te interesa, te dejo por aquí un artículo donde hablo de la actitud más detenidamente.
¿Cómo reaccionas ante los obstáculos?
Hay una característica de todo ser vivo que, en numerosas situaciones, nos hace paralizarnos y perder el sentido: el miedo.
El miedo hace que un pequeño problema sea un gran obstáculo y que no merezca la pena tomar las mejores oportunidades.
Lo primero que debes asumir es que hay que convivir con el miedo. No es posible eliminarlo de tu vida. Es como esa persona que no te cae bien pero con la que tienes que tratar todos los días porque forma parte de tu círculo profesional.
Seguramente no has tratado de eliminar a esa persona (o eso espero), sino que gestionas lo que no te gusta de él o ella y creas estrategias para la convivencia.
Con el miedo es similar. Como tienes que convivir con él, ¿por qué no te haces su amigo (o al menos pretendes serlo)?
Lo que te propongo es que utilices el miedo como un aliciente para mejorar. Por ejemplo, si eres arquitecto y sientes temor de no llevar a cabo un diseño que guste a tu cliente, ¿por qué no usas ese sentimiento como reto que te motive a alcanzar tu objetivo?
También existen otras estrategias, como la que te propongo en este artículo.
¿Estás preparado/a para enfrentar este desafío?
Los 3 elementos que he mencionado anteriormente influyen, y no puedes estar realmente motivado si alguno de ellos te falla. Por tanto, es indispensable que siempre los tengas en cuenta.
La motivación es un verdadero reto. Además, es un reto constante. Nunca puedes prescindir de ella, porque sirve como elemento base para desarrollar cualquier proyecto.
Por ello, te animo a trabajar en ella concienzudamente. Quizá te podría interesar la formación que tengo acerca de esta y otras competencias con peso en el mundo laboral actual y futuro. Escríbeme a paco@coacharte.es si quieres saber más al respecto, o por los comentarios de esta publicación.
¡Muchas gracias por leer este artículo! Ya sabes que tienes los comentarios para cualquier aportación o duda. ¡Un saludo!