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2 HABILIDADES PARA MEJORAR EN TUS RELACIONES PERSONALES Y PROFESIONALES

Imagen de Gordon Johnson en Pixabay

El rápido progreso de la sociedad y el acceso a grandes cantidades de información que tenemos ha provocado que el paradigma cambie, y que se empiecen a valorar otro tipo de competencias y habilidades en un/a trabajador/a.

En el artículo anterior, te hablé de las habilidades intrapersonales que debes adquirir en este 2020. Sin embargo, no todo son aspectos individuales.

De hecho, otro de los rasgos del mundo laboral actual es que se está comenzando a apostar por el trabajo cooperativo en gran medida. Por tanto, además del desarrollo intrapersonal, es necesario que empieces a tener en cuenta otro tipo de habilidades: las habilidades interpersonales.

Hoy te expondré las dos competencias que son indispensables para dominar las relaciones personales y potenciar tu capacidad de trabajo colaborativo.

La habilidad que te hará conectar con los demás

Cada persona es un mundo. Y es por eso que nunca podrás conectar e intercambiar ideas con alguien de forma enriquecedora si no te pones en su lugar para entender cómo piensa y por qué actúa de la manera que lo hace.

Lo más divertido es que la empatía no trata solo de entender lo que pasa por la cabeza de la otra persona en el presente, sino que es un trabajo de análisis.

Para comprender cómo es alguien, hay que indagar en su pasado, en sus experiencias. Somos lo que vivimos.

En el trabajo colaborativo, cuanto más tratemos de explorar en nuestros/as compañeros/as, más sano será el ambiente que se vaya creando. Esto se debe a que se entenderán mejor las ideas que aporte cada integrante.

Además, hay un aspecto que debes tener claro. La empatía NO es entender cómo actúa alguien desde TU experiencia. La empatía trata de entender cómo actúa alguien desde SU PROPIA EXPERIENCIA.

A veces, guardar silencio puede aportar más que abrir la boca

En segundo lugar, tenemos una habilidad que actúa paralelamente a la anterior, y que en muchos casos es interdependiente de ella. Te hablo de la escucha activa.

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La escucha activa es crucial porque sin comprender las ideas de las otras personas es imposible que exista una cooperación. ¿No es así?

Voy a explicarte rápidamente los tipos de escucha:

1.Escucha cosmética: en este caso, la palabra «escucha» debe ir entre muchas comillas. Básicamente, se trata de aquella que llevas a cabo para simular que escuchas a alguien.

En definitiva, estarás mirando y asintiendo a la otra persona pero tu mente estará volando entre otros pensamientos.

2.Escucha conversacional: esta se acerca un poco más al ideal de escucha, pero en ella cometemos un error: escuchar para responder, en lugar de para entender.

Esto supone que, en muchas situaciones respondamos de manera inadecuada, cuando la otra persona no había pedido nuestro punto de vista o no había terminado de hablar.

3.Escucha activa: aquí es donde se centra nuestra atención. El esfuerzo en la escucha activa está puesto en la comprensión. No entra en juego el juicio o la preparación de una respuesta.

Si estás escuchando activamente, significa que pones empeño en entender lo que está diciendo la otra persona, por qué lo dice y con qué fin.

4.Escucha profunda: es el tipo de escucha que usan especialistas como psicólogos o coaches, con el objetivo de indagar más allá de lo que se está diciendo directamente.

Por tanto, quiero reforzar la idea que he mencionado entre la escucha conversacional y la escucha activa: el mejor consejo para generar una escucha activa que te permita comprender todas las ideas es ESCUCHAR PARA ENTENDER, NO PARA CONTESTAR.

Qué hacer para desarrollar estas 2 habilidades

La empatía y la escucha activa van de la mano. Forman la base indispensable de una persona sociable. Pero, ¿cómo puedes trabajarlas?

Tanto la empatía como la escucha activa son rasgos que implican atender a la otra persona y situarla como la protagonista.

Por tanto, debes empezar por abandonar tus pensamientos cuando quieras potenciar estas habilidades, y centrarte íntegramente en el otro o la otra.

De esta forma, lograrás varios resultados. Por un lado, empezarás a comprender por qué piensa y actúa de la manera que lo hace. Por otra parte, también entenderás con profundidad las ideas que intenta transmitir.

Todo esto te permite, además, conocer y decidir cuál debería ser tu siguiente acción. Hay ocasiones en las que lo más adecuado o lo que espera la otra persona es que simplemente guardes silencio. ¡No siempre es positivo contestar a todo!

Imagen de Werner Heiber en Pixabay

Para terminar, me gustaría recordarte algo. Si estás interesado/a en trabajar las habilidades que más se están demandando hoy en día en el mercado laboral, tengo una formación perfectamente enfocada a ello. Escríbeme a paco@coacharte.es para más información.

Además, te recomiendo que te pases por el artículo sobre habilidades intrapersonales si aún no lo has leído.

Muchas gracias por pasarte. Te espero en el próximo artículo, en el que te hablaré sobre habilidades de pensamiento y de acción. ¡Un saludo!

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