Ya sea en nuestra vida personal como en nuestros proyectos profesionales, muchas veces sentimos que estamos dejándonos llevar, que tenemos activado el piloto automático. En esos momentos, es importante recordar (o establecer) el propósito, la misión y la visión que nos conducen a hacer lo que hacemos.
¿Y qué es esto del propósito, la misión y la visión? Son palabras que, seguramente, te suenan familiares pero, ¿sabrías establecer una diferencia entre ellas?
En el artículo de hoy, me gustaría hablarte sobre estos tres conceptos y, sobre todo, proponerte un ejercicio de reflexión para alinearlos con tu vida y así lograr todas tus metas. ¡Vamos a ello!
Los 3 conceptos clave
Antes de comenzar a plantear tu propósito, tu misión y tu visión en un determinado ámbito, hay que definir estos 3 conceptos.
Propósito
El propósito es, en esencia, el motivo por el que llevas a cabo un determinado proyecto. Es la razón que te conduce a realizar ciertas acciones, persiguiendo una meta concreta. De hecho, no hay que confundirlo con un objetivo. El propósito se mantiene fijo a lo largo de todo el proceso. Los objetivos son puntos de control, y se derivan del propósito que te propones.
Para entendernos, tu propósito en la vida personal puede ser, en esencia, formar una familia feliz y estructurada. Esto no se puede considerar un objetivo porque no es algo que se alcanza en un momento y ya se deja de perseguir, sino que es algo constante.
De la misma forma, si tienes una empresa de arquitectura, tu propósito podría ser ofrecer un servicio de calidad como arquitecto, siguiendo una serie de valores éticos propios. Como ves, no dejarías de perseguirlo hasta que tu proyecto terminara.
Misión
La misión está enfocada a las acciones que realizas para mantenerte en el camino hacia tu propósito. En relación a los objetivos, podríamos considerar la misión como el conjunto de metas. Es decir, ¿qué cosas quieres lograr en un período de tiempo concreto para alinearte con tu propósito?
En referencia al ejemplo sobre el proyecto personal que te he mencionado en el apartado de propósito, tu misión podría englobar una serie de acciones como casarte, tener hijos, elegir adecuadamente qué tipo de educación darles, hacer planes juntos a lo largo del tiempo, cuidar el matrimonio…
Visión
Como dice el propio nombre, la visión no es más que la imagen de la situación ideal que te haces en tu mente al comenzar un proyecto. Es el pensamiento más motivador que desarrollarás, y te servirá para avanzar cada día hacia tu propósito.
Una vez más en referencia al ejemplo de la familia feliz, tu visión seguramente sería imaginarte a ti, a tu pareja y a tus hijos en una situación de estabilidad emocional y económica, haciendo cosas juntos, comunicándoos y en un ambiente de cariño y crecimiento.
Como ves, estos 3 conceptos van de la mano, tienen una relación crucial, pero son distintos. Por tanto, ahora que ya los conoces, ¿te apetece ponerlos en práctica?
Ejercicio para determinar tu propósito, tu misión y tu visión
El ejercicio que te voy a proponer a continuación es simple, ya que sigue la línea de las explicaciones dadas anteriormente. Puede serte útil en cualquier ámbito: ya sea cuando estás conociendo a una potencial pareja, cuando estás creando una empresa o cuando acabas de ser contratado en un nuevo empleo. Para el proceso, vamos a seguir 3 pasos fundamentales:
- Analizar tu visión. La meta, en este caso, es comenzar con esa imagen ideal que se genera en tu cabeza. ¿Qué situación te gustaría alcanzar con ese nuevo proyecto? Quizá, cuando creas una empresa, te ves ofreciendo un producto o un servicio ético y que satisfaga las necesidades de tus clientes, teniendo abundancia de estos y económica y, potencialmente, ampliando poco a poco tus límites.
- Establecer tu propósito. A raíz de haber determinado la visión de tu proyecto, te será más sencillo tener claro el propósito que persigues. ¿Cuál es la razón o los principios por los que persigues ese camino? ¿Qué es lo que pretendes lograr? En el ejemplo anterior, podríamos estar hablando de que quieres, como propósito, mantener un proyecto exitoso y duradero mientras que aportas algo valioso al mundo, siempre rigiéndote por la ética que te caracteriza.
- Diseñar tu misión. Lo que te queda es ya enfocar la misión que persigues. ¿Qué grupo de acciones y objetivos debes alcanzar para trabajar en base a tu propósito y lograr esa visión ideal? Si persigues ese proyecto de empresa exitoso que ofrezca un producto o servicio valioso, quizás deberías plantear un camino concreto: elegir lo que voy a ofrecer, escoger a la gente adecuada para el proyecto, un entorno, un plan de marketing… Todos esos pequeños objetivos, en su conjunto, formarán tu misión.
Espero que este ejercicio te sea útil para enfocarte en cualquier proyecto que tengas entre manos. Si quieres, puedes contarme en los comentarios cuál es tu propósito, tu misión y tu visión.
Gracias por tu atención. ¡Hablamos la semana que viene!