En el último artículo, te hablé sobre cómo aprovechar el tiempo libre para llevar a cabo mejoras en tu organización. Pero, si hay algo en lo que debes enfocarte para lograr mejoras constantes, es en tu actitud. Uno de los rasgos actitudinales más personales es el nivel de autocrítica, una habilidad esencial para el crecimiento. ¿Qué es la autocrítica? Se trata de la capacidad de evaluar y juzgar nuestras propias acciones para mejorar continuamente.
El ser humano no habría llegado hasta este punto si no fuese por este aspecto. La capacidad de ser analíticos y exigentes con nuestras propias acciones nos han permitido optimizarlas y desarrollarnos al máximo (tanto a lo largo de la historia humana como a lo largo de cada vida individual).
Por ello, hoy me gustaría hablarte sobre la autocrítica, una característica propia de todos los seres humanos en mayor o menor medida, y que debes aprender a gestionar si quieres lograr éxito y felicidad. ¡Vamos a ello!
La autocrítica constructiva
El crecimiento personal sería imposible sin autocrítica constructiva. Por ello, esta cualidad define la ambición por superarse a uno/a mismo/a cada día, ya que permite tomar la iniciativa y enfocar el camino del desarrollo.
Sin embargo, ¿puede la autocrítica llegar a ser perjudicial? Sin duda, la respuesta es sí. No hay más que fijarse en cualquier tipo de crítica. Cualquier juicio que emites es autocrítica constructiva o autocrítica destructiva. Todo depende de la intención con la que lo formules. Lo mismo ocurre cuando te examinas a ti mismo/a.
Yo creo que lo importante es que sepas diferenciar entre castigo y exigencia:
- El castigo surge cuando te enfocas en un comportamiento pasado, encerrándote en él. Así, generas un arrepentimiento y un lastre que no te llevan a ningún lado. El pasado es invariable, es imposible que consigas modificar una conducta que tuviste.
- La exigencia, sin embargo, utiliza este pasado para mejorar las conductas futuras. A pesar de que utilizas los hechos que ya han ocurrido, cuando eres exigente tu mente está puesta en lo que puedes modificar: tus próximas acciones y decisiones.
No se aprende de un día para otro
Es muy común ver a personas que se rinden tras uno o dos errores y utilizan esto como justificación para dejar de ser autocríticas. De hecho, nos suele resultar sencillo pasar por alto un desliz y, sin embargo, somos muy duros cuando tropezamos por segunda vez.
Para ello, es conveniente que tengas en cuenta una idea clave: la sabiduría y la experiencia se construyen poco a poco. De un día para otro es imposible que aprendas. Un error no es suficiente, sobre todo cuando hablamos de habilidades o proyectos extensos.
Por ejemplo, imagínate que eres empresario. Cada día te enfrentarás a numerosos fracasos, ya sea un mal marketing, un producto defectuoso o unos clientes insatisfechos. A veces, experimentarás todo a la vez. Sin embargo, cada pequeña situación va construyendo en ti una experiencia que genera conocimiento para el futuro.
Por tanto, que los errores no sirvan de excusa. Mantente autocrítico/a y verás resultados a largo plazo.
Enfoca la crítica en ti mismo/a
Si me lees desde hace tiempo, sabrás que esto te lo comento con frecuencia. Una mentalidad de superación personal es así porque, precisamente, esta centrada solo en la persona. A lo largo de tu camino, encontrarás diversas circunstancias que escapan a tu control. Esto implica que solo te enfoques en aquello que tú puedes controlar.
De la misma manera, este punto puede derivar hacia otro aspecto: el punto de análisis y de crítica eres tú mismo. Esto parece obvio en relación a lo anterior, pero no lo es tanto. Hoy en día todo está estandarizado. Sin embargo, como utilices los estándares para juzgarte, te arriesgas a una autocrítica destructiva.
Es por esto que te recomiendo compararte con los demás o con los niveles estandarizados solo para medir tu progreso, es decir, para ver si has avanzado, pero no para valorarlo. La valoración que hagas debe tener en cuenta, también, aspectos personales como tu capacidad para ese aspecto en concreto o tu motivación.
En resumidas cuentas, como dijo Albert Einstein: «Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pensará toda la vida que es un inútil»
Cómo hacer una autocrítica efectiva
¿Cómo hacer una autocrítica que realmente te ayude a crecer? Primero, debes asegurarte de que tus prejuicios sobre ti mismo/a sean justos y estén basados en hechos objetivos. Utiliza la autocrítica positiva para identificar áreas de mejora y para planificar cómo puedes abordar estos puntos de manera constructiva. Evita caer en la autocrítica destructiva, que solo genera sentimientos de culpa y estancamiento.
¿Cómo son tus niveles de autocrítica? ¿Crees que eres demasiado exigente o que deberías ser menos complaciente? Ya sabes, todo depende de cómo eso esté afectando en tu progreso. Si tus juicios te hacen estancarte en tu pasado, ¡quizás deberías aprender a perdonarte y a mirar más hacia adelante!
Muchas gracias por tu atención. ¡Hablamos la semana que viene!