El otro día te hablaba de la relación entre ACTITUD y EMPRESA, de como se hace fundamental gestionar el ánimo y comportamiento con el que te enfrentas a las situaciones cotidianas que en tu empresa se generan.
Ocurre que el proceso por el cual provocas intercambio de sentimientos, emociones e información es la COMUNICACIÓN. Para que esta comunicación sea transmitida de forma eficaz y eficiente, necesita ser clara y concisa, ser transmitida de forma objetiva e imparcial.
Por ello, hoy te hablaré de algunas ideas para sacar provecho de la comunicación en tu empresa.
Cómo hacer efectiva la comunicación
Se entiende que la comunicación se establece a través del habla, de la escritura y también de toda una serie de “señales” que tienen una enorme influencia.
Por ello, para que la comunicación sea efectiva necesita un equilibrio entre comunicación lógica (la que sale y se dirige a la cabeza) y comunicación afectiva (la que sale y se dirige al corazón). Porque, como dice uno de mis maestros, Fran Mezcua, “con la razón vences pero con el corazón convences”.
Desde ese equilibrio que te propongo, haces importante a los demás y los atraes, les aportas valor y generas sobre ellos influencia. El brillo de tu comunicación no se debe a lo que aportas racionalmente, sino a lo que aportas afectivamente. Así, das permiso a los demás para que brillen.
¿En quién recae la responsabilidad?
La comunicación interna y externa en la empresa es fundamental, ya que mejora la relación interpersonal y organizacional. Pero esos procesos son complejos.
Lo “verdadero” no es la intención y lo que dice el emisor, sino el efecto producido en el receptor. Por ello, la efectividad de la comunicación es tanto de emisor como de receptor.
Es el emisor el que mayor porcentaje de responsabilidad tiene. Esto se debe a que lo que se entiende es selectivo y depende de la “realidad” de cada persona. Por tanto, es el emisor el que tiene que realizar el esfuerzo de ofrecer un mensaje que coincida con los valores del receptor.
La clave para ofrecer un mensaje claro y persuasivo
Para lograr este objetivo, tiene que provocar una comunicación empática, igualándose al otro y ofreciendo un lenguaje envolvente y abierto. Es muy importante que tengas en cuenta que tu comunicación implica además una actitud positiva, flexible y apasionada.
Además, debes practicar la escucha activa, porque primero hay que comprender para luego ser comprendido. Por tanto, es conveniente que seas asertivo y empático, que formules preguntas, que ofrezcas feedback y que reflejes las emociones del receptor.
En el próximo artículo seguiré hablándote sobre comunicación asertiva y empática. ¡No olvides seguirme en mis redes sociales para no perderte ningún contenido!