¿Cómo reaccionaste la última vez que recibiste un «NO» por respuesta? ¿De qué manera sueles hacer frente a los fracasos en tu vida?
Tradicionalmente, se nos ha educado para abrazar el éxito y buscarlo como única opción. Sin embargo, en la vida siempre habrá que afrontar decepciones. Por ello, la clave está en redirigir la percepción y orientarla hacia un punto de vista neutro y listo para cualquier resultado.
Hoy, me gustaría profundizar en la mejor manera que existe de anticipar los fracasos con el objetivo de que sean enriquecedores en lugar de devastadores para tu autoestima. ¿Estás preparado/a?
Prepárate para el NO
Cuando te enfrentas a un resultado, el desenlace puede ser tanto positivo como negativo. Entonces, por mucha seguridad que tengas en uno u otro, ¿qué sentido tiene descartar cualquiera de los dos? Pongamos el ejemplo de una entrevista de trabajo. En ella, pueden darse dos situaciones: que logres el trabajo o que se lo den a otra persona.
Por un lado, es importante considerar la opción positiva. Esto lo haces para analizar cómo será tu vida si el resultado es satisfactorio: cómo cambiará tu ambiente personal y social, qué gestiones tendrás que hacer y cuándo se darán todas esas modificaciones, entre otras cosas.
Sin embargo, debes entender que las cosas pueden ir mal, y que es posible que no seas la persona más apta para ese trabajo. De hecho, por esto mismo, todo lo que te he comentado en el párrafo anterior debe ser planteado de manera hipotética. Así, en caso de que el resultado sea negativo, la decepción no será tan grande.
En resumen, cada punto de vista tiene sus ventajas. Sobre todo, evita tener una actitud polarizada: ni seas demasiado optimista ni demasiado pesimista. ¡Aprovecha las dos perspectivas!
Genera alternativas
¿Sabes qué es lo mejor de recorrer cualquier camino en la vida? Que nunca es algo lineal, ya que existen un millón de alternativas que puedes tomar. Tanto es así, que estas opciones te permiten generar un pensamiento más sano y calmado.
Plantéate esta situación: tu coche te ha dejado tirado/a en una carretera secundaria, de noche, sin poder comunicarte y teniendo que llegar a tu destino antes de la mañana siguiente. ¿Cómo lo ves? ¿Crees que existen muchas alternativas?
Ahora piensa en este otro caso: tu coche te deja tirado/a de nuevo (vaya coche), pero esta vez en medio de la ciudad, en pleno día. Puedes llamar a la grúa o, si tienes prisa, incluso puedes tomar algún transporte público.
¿En cuál de las dos situaciones crees que experimentarías menos estrés?
Creo que todos coincidiremos que en el caso de la ciudad, sería más sencillo actuar con serenidad, buscar la mejor opción y salir del aprieto de la mejor manera posible. Esto se deriva de la existencia de alternativas. A pesar de que el plan principal (ir en coche) ha resultado no funcionar, no ha afectado demasiado, ya que hemos sido capaces de encontrar otras vías.
Además, idear alternativas desde el principio tiene otra gran ventaja: te ayuda a rendir mejor de cara a lograr el resultado positivo. Te lo ilustro con el ejemplo de la búsqueda de trabajo: cuando estás haciendo entrevistas, lo que suele ocurrir es que experimentas un gran nerviosismo. Gran parte de esto se debe al miedo a perder esa opción. Sin embargo, ¿crees que este sentimiento sería tan fuerte si tuvieras siempre en mente que no es una situación de vida o muerte, que hay otras oportunidades más allá de esa?
Suena paradójico, pero muchas veces el hecho de despreocuparte del resultado de una tarea te hace llevarla a cabo con un mejor rendimiento.
Aceptar los fracasos no es una actitud puntual, sino una mentalidad. Cuando eres capaz de dominar las dos habilidades anteriores, desarrollas la capacidad permanente de enfrentar cualquier desafío sin miedo a la decepción. Es más, este es uno de los puntos de partida para una vida más tranquila y satisfactoria. Aprovecho para recomendarte este otro artículo, en el que te hablo sobre cómo evitar el estrés y buscar la felicidad.
Espero que esta reflexión te haya resultado interesante. ¡Hablamos la semana que viene!